Ni opacidades, ni excesos

Columna. Tiempo de dardos

Por: Gladys Navarro

El proceso electoral en marcha, tan solo en Baja California Sur nos costará al menos 96 millones de pesos, de los cuales casi 32 millones se lo gastarán los partidos políticos en las campañas. Los candidatos para la gubernatura pueden gastar hasta 16 millones de pesos para promocionarse. De ese tamaño es el costo de nuestro proceso democrático, en el que nos toca participar y concederle a una persona el poder representarnos y tomar decisiones, y de ahí el interés, me parece, que deberíamos tener en cómo se ejerce el recurso público. 

Los candidatos a los ayuntamientos podrán gastar, en La Paz y Los Cabos poco más de 6 millones de pesos, y los del norte más de un millón de pesos; quienes buscan una curul en el Congreso, tienen un presupuesto que ronda también casi el millón de pesos. En manos de estas personas están millones de recursos públicos que la ciudadanía entrega al Estado para que lo administre; de allí la importancia de no permitir ni la opacidad ni el gasto excesivo. Nos toca ser vigilantes y demandar de los órganos responsables, una fiscalización minuciosa. 

Se cumplen dos semanas de campañas y ya tenemos las primeras noticias de la revisión  de este gasto. Causó polémica que en el portal del Instituto Nacional Electoral, el candidato de la coalición Morena-PT, Víctor Castro tuviera “cero” gastos en los primeros diez días de campaña, fue motivo de acusaciones de opacidad y carne de cañón para sus opositores. Unos días después declararon unos 69 mil pesos y a la fecha, esa cifra ya se modificó y asciende a los 164 mil pesos gastados en estos primeros días. 

El candidato rechazó un manejo opaco del recurso y justificó con que se trataba de una falla técnica en el reporte. Ojalá que esas fallas se corrijan y se cumpla cabalmente con la transparencia a la que están obligados. 

Pero del otro lado, en la oposición, en la alianza PAN-PRI-PRD, PRS y Humanista, tampoco tienen mucho de que presumir, porque sin pena, declararon que en los primeros diez días de campaña, Francisco Pelayo Covarrubias ya tiene un gasto de casi 3 millones de pesos. 

Estamos en pandemia y una crisis económica asociada que se agudiza en muchas familias. Necesitamos candidatos responsables y sensibles, pero sobre todo comprometidos con el buen uso de los recursos públicos; ni opacidad, ni excesos. Ambas actitudes y ejercicios son cuestionables.

¿Pero qué obtenemos a cambio de esos millones de pesos que se gastan en campaña? ¿Qué estamos recibiendo la ciudadanía? Me parece que las formas tradicionales para buscar el voto no han cambiado, ofrecen discursos y lanzan promesas, pero no advierto compromisos serios, realizables ni rutas de acción. 

Escuchamos lugares comunes: el candidato honesto, el candidato con experiencia, el capitán del barco, llegar al otro nivel. ¿Qué nivel? Sería bueno que el candidato, Pelayo, por ejemplo, incluyera en su discurso a las mujeres y las violencias que sufren en Baja California Sur y que hoy escalan niveles graves, y que nos informara qué piensa de ello y cuál es su propuesta para efectivamente, prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres en nuestra entidad. 

También sería muy oportuno que el candidato Víctor Castro, nos informara no solo con spots ridículos que tiene visión, sino que nos aterrizara esa visión en el programa de crecimiento ordenado y responsable todo el estado, que dejara de las banderas de la reducción del IVA sobre lo cual no tendrá capacidad acción y se comprometiera en aquello que sí le compete. 

Son, pues, dos meses de campaña y ya llevan 15 días y tienen mucho recurso por gastar e informar. Ojalá que lo veamos en las siguientes semanas valga el gasto, que escuchemos no solo discursos emotivos, sino argumentos y acciones claras, y un ejercicio más responsable del recurso público. Los y las ciudadanas lo merecemos. 

Deja un comentario