De violencia, cuarteles y ambigüedades…

 

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Por: Gladys Navarro

Ayer el Gobierno del estado y la Secretaría de Turismo convocaron a los medios para presentar lo que llamaron “Instalación de la Mesa de Seguridad en Destinos Turísticos”. Según nos dijeron, este es el segundo paso de aquel convenio que firmaron –en enero, o sea hace casi cuatro meses- con la iniciativa privada y organizaciones civiles (¿cuáles? ¿cuántas…?) en Los Cabos, y que tenía como finalidad, pues esto mismo, la seguridad en los destinos turísticos. Me encantaría poder compartirles el diagnóstico que supongo tienen sobre los destinos en materia de seguridad, porque para que una mesa de trabajo funcione, antes deben tener clara la película, digo yo, para entrarle, ¿o no? Pero resulta que no puedo porque sencillamente no se abordó. Y eso me hace mucho ruido porque un compromiso de campaña del gobernador, Carlos Mendoza, fue que habría siempre datos, mediciones: “Porque lo que no se puede medir, no se puede evaluar”, decía. También me gustaría poder compartirles lo que nos dijeron de los objetivos, metas, plazos, compromisos concretos, acciones, pues. El problema es que… ¿Qué creen? Tampoco nos informaron eso. Pero, bueno, otra cosa que me gustaría confirmarles sería el monto (el compromiso económico) que destinarán para poder lograr lo que sea que estén planeando porque a mí no me queda claro «El Cómo» van a hacer que los destinos sean seguros. Y es que pareciera que reducen el tema, en principio, a los destinos (y no al resto de la población, a todo el municipio, pues) y dos, a evitar que se cometan homicidios. Evidentemente estos crímenes son la expresión extrema de la violencia, causan profundo dolor en las familias, y nos lastiman como sociedad, pero el problema de la inseguridad es muy complejo y requiere soluciones integrales, no sólo presumir de la reducción de este indicador doloroso). Quizá me niego a creer que además de reducir así el tema, la solución también la simplifican a la construcción de cuarteles militares. Porque eso sí puedo compartirles, fíjense. En lugar de responder sobre la inversión de nuestros recursos en objetivos concretos, nos volvieron a cantar la inversión de mil millones de pesos en la construcción de tres nuevos cuarteles (uno con cargo a la iniciativa privada y dos de inversión del estado) con lo que en poco tiempo se sumarían a los trabajos de seguridad en la entidad, mil efectivos militares más. También me gustaría informarles de los compromisos, por ejemplo, en materia de depuración policías, capacitación, profesionalización y, por supuesto, el compromiso para dotar a los municipios del número de policías óptimo, según los estándares internacionales, de acuerdo al número de población y, desde luego, las acciones que se emprenderán en materia de prevención y atención de adicciones, porque las pugnas que han dejado esa terrible historia de asesinatos tienen su origen –según ellos mismos han reconocido- en la disputa de territorios, o sea, en la disputa por los consumidores. No disponemos de un panorama concreto sobre cosas tan básicas como las acciones para que de una vez por todas se tengan las suficientes patrullas (con gasolina), o algo tan elemental como un campo de tiro para practicar (por aquello de que luego se les escapa uno mientras limpian el arma…); metas a corto, mediano y largo plazo para atender la marginación social, esos contextos en donde los niños y jóvenes se vuelven más vulnerables y es quizá más factible que sean cooptados por los grupos criminales. ¿Y qué tal si nos hubieran platicado de qué forma atenderán el grave problema del Sistema Penitenciario? Los Cabos tiene un CERESO que no ha estado exento de crisis, no se diga el de La Paz. Pero todo esto y más no se abordó. Lo que sí se destacó es la reducción (casi mágica, por cierto. Los Cabos, ¡ejemplo para el mundo!) del 90 por ciento de los homicidios.  Al final, nos acercamos para ver si el gobernador nos concedía unos minutos más (digo, ya que nos hicieron esperar, por cierto, al menos hora y media…) para estas dudas y otras; la respuesta fue un “ya nos vamos, ya se abordó”, y para rematar: “ahora vas a decir que no quise responder…”, con un tono de pocos amigos, por decir lo menos, y se fue dejándonos hablando solos. Como lo publiqué en mi muro de Facebook, nuestro interés en ampliar la información tiene sustento en el derecho que ejercemos y en que creemos que disponer de información precisa es relevante para la comprensión de los problemas, así como el poder escuchar compromisos específicos que nos permitan dar seguimiento, ¡rendición de cuentas, señores! No permitir ello es violar nuestro derecho como profesionistas de los medios y como sociedad a estar lo suficientemente informados. Las buenas intenciones o buenas acciones que puedan tener con esta Mesa  y con las estrategias que vengan no cuentan si sólo se presentan ambigüedades. Huele a simulación y no es sano. Trascendamos. PD. Anoche el reportero de TV Azteca La Paz, Edwin Yepiz Quintero denunció que fue víctima de una detención arbitraria de parte de policías municipales, quienes lo despojaron de su cartera. Lo dejaron ir porque vieron en la cartera robada que traía la credencial del medio. ¿Qué acciones concretas se emprenderán para garantizar que tengamos una corporación confiable, que respete la integridad de los ciudadanos, el libre transito y que no abuse de su autoridad?  ¿Quedaría algo firme en la llamada Mesa de Seguridad…? Gracias por leerme. Infórmate y comparte.

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